
miércoles, 9 de febrero de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
Tengo personalidad adictiva y tú eres mi sustancia preferida.
Yo no quiero equivocarme, tampoco seguir esta mentira… pero aún siento lo mismo por ti, por muy difícil que parezca, no te he olvidado, todos lo sabemos.
Con todo lo que he pasado y todo lo que has hecho… y sigues aquí, en un rinconcito que no pasa desapercibido por mis sentimientos.
Con todo lo que he pasado y todo lo que has hecho… y sigues aquí, en un rinconcito que no pasa desapercibido por mis sentimientos.
jueves, 3 de febrero de 2011
Ella es ella entre un millón, me dijo.
Y en ese momento la ves, y la miras, y pasas cerca y te roza con el brazo, y nadie más lo ve, pero tu carne está de gallina y estás a punto de sonreír como un verdadero gilipollas. Pero al pasar y reconocer su olor te vuelves loco del todo, y al darte la vuelta para decir algo sólo se te ocurre un “encantado de haber coincidido contigo en esta vida”, al tiempo que tu corazón lucha por salirse de tu pecho y tiemblas tanto que en cualquier segundo caerás rendido a sus pies.
viernes, 21 de enero de 2011
Tú te vienes a volar conmigo.
viernes, 24 de diciembre de 2010
Un tal día 27 de Septiembre.
A medida que fui creciendo, conocí a las personas que ahora son parte de mi vida, una parte muy grande, pero como todo, esa parte un día se iría...
Tuve la suerte de tenerla conmigo 17 años, y me desgarra por dentro la idea de ya no volverla a ver…
La locura de sentirme feliz y triste a la vez pensando en la misma persona: recuerdo momentos, sonrío, y el nudo en la garganta vuelve a aparecer.
Y ya el hecho de que no estás se hace costumbre. No logro dejar de preguntarme dónde estarás. Sigo aquí, como el primer día. Sigo aquí, recordando cada momento vivido contigo e intentando imaginar otros que me gustaría vivir, pero que jamás sucederán.
Y son los detalles, las pequeñas cosas, lo que parecía no importante, los recuerdos que más invaden mi mente en este instante. Recuerdos que hacía mucho tiempo que no habían vuelto a aparecer, que se habían perdido u ocultado en algún lugar.
Sigo aquí, sin saber porqué, sin saber qué estoy esperando. Cómo me cuesta pensar que iré a ese salón y no te veré ahí sentada, que llegaré del colegio y nunca estarás, que ya no me digas que guapa voy, que tenga cuidado con los coches, que me eches de menos cuando vaya lejos a tocar en conciertos, aunque sólo sea una tarde. Cómo me cuesta pensar que no te volveré a dar un besito de buenas noches, y no te puedes imaginar lo que voy a echar de menos nuestras conversaciones de por las tardes... pero lo que no me cuesta nada ahora es mirar al cielo y sonreír, sonreírte.
He llegado a la conclusión de que por muchas frases increíblemente bonitas que escriba, ninguna me servirá del todo para explicar lo que significas para mí, porque el lugar que ocupas en mi vida sobrepasa los límites de todo. Y es que siendo sincera, todavía no tengo la palabra exacta que te defina, porque creo que aún no inventaron una palabra con tanta capacidad como para comprender todo lo que eres para mí.
Te despediste como te conocí, sonriendo... y hoy es un día de esos en el que me acuerdo de la sonrisa más bonita que tenías.
NOS QUEDA, AL MENOS, TODO LO VIVIDO.

Te quiero.
Tuve la suerte de tenerla conmigo 17 años, y me desgarra por dentro la idea de ya no volverla a ver…
La locura de sentirme feliz y triste a la vez pensando en la misma persona: recuerdo momentos, sonrío, y el nudo en la garganta vuelve a aparecer.
Y ya el hecho de que no estás se hace costumbre. No logro dejar de preguntarme dónde estarás. Sigo aquí, como el primer día. Sigo aquí, recordando cada momento vivido contigo e intentando imaginar otros que me gustaría vivir, pero que jamás sucederán.
Y son los detalles, las pequeñas cosas, lo que parecía no importante, los recuerdos que más invaden mi mente en este instante. Recuerdos que hacía mucho tiempo que no habían vuelto a aparecer, que se habían perdido u ocultado en algún lugar.
Sigo aquí, sin saber porqué, sin saber qué estoy esperando. Cómo me cuesta pensar que iré a ese salón y no te veré ahí sentada, que llegaré del colegio y nunca estarás, que ya no me digas que guapa voy, que tenga cuidado con los coches, que me eches de menos cuando vaya lejos a tocar en conciertos, aunque sólo sea una tarde. Cómo me cuesta pensar que no te volveré a dar un besito de buenas noches, y no te puedes imaginar lo que voy a echar de menos nuestras conversaciones de por las tardes... pero lo que no me cuesta nada ahora es mirar al cielo y sonreír, sonreírte.
He llegado a la conclusión de que por muchas frases increíblemente bonitas que escriba, ninguna me servirá del todo para explicar lo que significas para mí, porque el lugar que ocupas en mi vida sobrepasa los límites de todo. Y es que siendo sincera, todavía no tengo la palabra exacta que te defina, porque creo que aún no inventaron una palabra con tanta capacidad como para comprender todo lo que eres para mí.
Te despediste como te conocí, sonriendo... y hoy es un día de esos en el que me acuerdo de la sonrisa más bonita que tenías.
NOS QUEDA, AL MENOS, TODO LO VIVIDO.

Te quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)